“Lo que un hombre es en sí mismo, lo que le acompaña en la soledad y lo que nadie puede darle ni quitarle, es indudablemente más esencial para él que todo lo que puede poseer o lo que puede ser a los ojos de los demás.” (Arthur Schopenhauer)

A ratos



Sabes que por ti daría la vida,
pero hay días,
hay momentos que a ratos,
te la quitaría con mis propias manos.

El breviario de los vencidos - E.M. Cioran

“Por lo general, todos creemos que estamos llenos de vida y alardeamos de nuestros esfuerzos y de su fruto. En realidad, llevamos a la espalda un saco vacío que llenamos de vez en cuando con migajas de realidad. El hombre es un mendigo de la existencia. Un ridículo ganapán en la irrealidad, un chapucero de la naturaleza.
Te haces un aposento en el mundo y te crees que has escapado de él. Ya no ves nada a tu alrededor. Y cuando te crees que estás más solo, te das cuenta que tu albergue carece de techo. ¿Hacia dónde vas a escupir? ¿Hacia el sol o hacia la noche? Abres las manos en el espacio. Y los dedos se te pegan en el vacío. No se adhieren a ningún ser porque el ser quema. Lo real escuece, lo real duele. Respirar es un martirio. Y es que el soplo de la vida se filtra a través del horno del horror.”
El breviario de los vencidos, de E.M. Cioran

Molloy - Samuel Beckett


“Aproveché aquella estancia para aprovisionarme de piedras de succión. Eran guijarros, pero los llamo piedras. Sí, aquella vez adquirí una importante reserva. Las distribuí equitativamente entre mis cuatro bolsillos y las iba chupando por turno. Lo cual planteaba un problema que al principio resolví del modo siguiente. Yo tenía, pongo por caso, dieciséis piedras, cuatro en cada uno de mis cuatro bolsillos (los dos de mi pantalón y los dos de mi abrigo). Tomando una piedra del bolsillo derecho de mi abrigo, y poniéndomela en la boca, la reemplazaba en el bolsillo derecho de mi abrigo por una piedra del bolsillo derecho de mi pantalón, que reemplazaba por una piedra del bolsillo izquierdo de mi abrigo, que reemplazaba por la piedra que tenía en la boca en cuanto terminaba la succión. De modo que siempre había cuatro piedras en cada uno de mis cuatro bolsillos, aunque no exactamente las mismas piedras. Y cuando me volvían las ganas de chupar hundía la mano nuevamente en el bolsillo derecho de mi abrigo, con la certidumbre de que no iba a salirme la misma piedra de antes. Y, mientras la iba succionando, volvía a poner en orden las otras piedras, como acabo de explicar. Y así sucesivamente. Pero sólo a medias me satisfacía esta solución. Pues no se me ocultaba que, por una extraordinaria casualidad, podían estar circulando siempre las mismas cuatro piedras. En cuyo caso, lejos de estar succionando las dieciséis piedras por turno, en realidad estaría succionando sólo cuatro, siempre las mismas, por turno.” 
Molloy, de Samuel Beckett (1951)

Pasamos la mayoría de nuestro tiempo “chupando piedras”. Afanados de un modo compulsivo, obsesivo e irracional en tareas vacías y carentes de sentido. Condenados a vivir sin propósito alguno, como si de una maldición divina se tratase. Solo el autoengaño y la feliz ignorancia nos redimen.

El Mensaje

Esta mañana me ha sorprendido que mi hijo de 16 meses, que apenas balbucea papá, mamá, abu, agua, pan y unos sonidos extraños que solo a base de prueba y error hemos identificado con chupete y queso, haya visto mi portátil encendido y se haya puesto a teclear:

“Zivycvñvh9888888888888887`nmñl,ikjhu8h7uhggghhijkhkhouipò  ­y m,g­…………………. Vccgjdcfgb xcgvgnb7zzrgghbgjghfy vv0063
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No tengo la menor idea de lo que significa; sin embargo, creo que el mensaje debe ser lo suficientemente importante como para que el pequeño se haya visto en la necesidad de dejarlo reflejado por escrito.

Tears In Heaven - Eric Clapton

Eric Clapton compuso esta canción en memoria de su hijo Conor, fallecido al caer accidentalmente de la ventana de un piso 53 de un rascacielos en Manhattan a la edad de cuatro años.

Nada está en nuestras manos


Nada está en nuestras manos…
Nada estuvo en sus manos…

Son las diosas infernales
Nona, Décima y Morta
las que el hilo de la vida
hilan,
devanan,
y cortan.

One - U2

A veces una canción es algo más que una canción. A veces una canción, sin motivo aparente,  se instala primero en tu cabeza para, poco a poco y sin saber muy bien por qué, pasar a formar parte de tu equipaje vital, a formar parte de todas esas pequeñas o grandes cosas gracias a las cuales eres lo que eres.
La interpretación más básica de la letra de la canción  podría llevarnos a creer que se trata de  una dolorosa historia de amor en la que dos personas que se aman, se hieren mutuamente, sin embargo, el propio Bono dio su interpretación de la canción: "habla del dolor de un chico homosexual ante la incomprensión por parte de su padre".

 

Como arena entre los dedos

La vida se nos escapa
como arena entre los dedos
y los suaves latigazos
del lento
fluir
del tiempo
nos revelan con crueldad
lo inútil de nuestros sueños.